Jorge Díaz es biólogo, escritor y activista de la disidencia sexual. Investiga desde la transdisciplina, realizando cruces entre biología celular, poesía y política. Con una perspectiva transfeminista, cuestiona la producción de saberes y el conocimiento atomizado, hegemónico y heteronormado característico del método científico y positivista. Sostiene que la preservación del enfoque objetivista en las teorías del conocimiento ha sido responsable de la normalización de prácticas devastadoras y depredatorias de los territorios.

¿Cómo los conocimientos de la biología inspiran otras disciplinas? En diálogo con la ciencia biológica (y con la mutua apertura que busca traslocar las disciplinas) podemos pensar otros modos de vinculación no binarios, no individualistas y no dominantes. Las metáforas asociadas a los saberes sobre las formas de existencias simbióticas, la cooperación entre estructuras moleculares y la capacidad de transformación de la materia, nos permiten pensar otros relatos y construir nuevas referencias de vida y de muerte.

Jorge Díaz participa de este proyecto nutriendo de reflexiones y sentidos en torno a cómo pensar las imágenes, los regímenes de sensibilidad y observación, torciendo la mirada y el mandato oculocentrista del conocimiento científico, pero sin desplazar los saberes provenientes de esta área.

Compartimos diferentes espacios de diálogo y puestas en común de experiencias vinculadas a las alianzas entre el conocimiento científico biológico-ecológico y las prácticas artísticas, que se traducen en la creación de situaciones sensibles capaces de transformar los modos de subjetivación y organización de la vida en su conjunto. A su vez, relevamos los procedimientos de escritura y ficción como metodologías creativas, la noción de transdisciplina como posicionamiento epistemológico que atraviesa modos de hacer y la plasticidad como cualidad móvil de los cuerpos y las materias de diferentes existencias.

La plasticidad como (anti)metodología fúngica es una característica que refiere a la forma y su transformación, la cual contiene dos afluencias referenciales que, para esta investigación, son compartidas por Jorge Díaz.

Por una parte, hablamos de la plasticidad neuronal como proceso biológico estudiando por la neurociencia, como la capacidad de aprender, adaptarse y moldearse del sistema nervioso y que puede estimularse o rigidizarse según las prácticas que se desarrollen; y por otra parte, desde la conexión entre filosofía y ciencia, Catherine Malabou (2010), hace una relectura de plasticidad como proceso en el que una materia da forma y se deje modelar a la vez. E incorpora una cuestión ética, política y materialista donde “La plasticidad ética es esta apertura a la forma del otro en sí mismo” ( p.12).

En un proceso de plasticidad, la materia exhibe su historial de transformación modelado por afectos y conmociones, reorganizado por el movimiento de nuestras experiencias. La memoria contiene una forma de afecto. De acuerdo a esto, es que comprendemos que los grados de afectación de lo que hacemos y cómo nos implicamos en los procesos de producción artísticos, habilitan la configuración de otros circuitos y cartografías del pensamiento colectivo como de formas de futuro.

Referencia: Malabou,C.(2010). La plasticidad o la forma de un nuevo materialismo. En C. Durán y M. Valdivia (Eds.), La plasticidad en espera (pp. 7-13). Editorial Palinodia.